Una iniciativa de España Salud, la Generalitat de Catalunya y la Societat Catalana de Medicina de l’Esport

Una iniciativa pionera en España se pondrá en marcha en el primer trimestre del próximo año en Cataluña con el objetivo de detectar de forma anticipada posibles episodios de muerte súbita en deportistas no profesionales. Más de medio millón de personas en Cataluña deberán pasar una revisión cardiaca y ser declarados aptos para la práctica de actividad física si quieren seguir practicando el deporte en el que están federados. Esta es la propuesta que impulsan la Secretaria General de l’Esport de la Generalitat, la Societat Catalana de Medicina de l’Esport y la Asociación España Salud, con el objetivo de reducir las muertes súbitas entre personas que practican deporte.

 La propuesta prevé que la revisión sea obligatoria y que la paguen los deportistas. De ser aprobada, afectará a todos los federados, con excepción de los que lo están en actividades sedentarias como dardos, billar o ajedrez. Esto suma un total de 575.000 fichas federativas que deberán ser avaladas por un certificado de aptitud médica. Dado que una minoría de deportistas están federados más de una asociación, el número de personas es ligeramente inferior al de fichas federativas.

 La iniciativa se inspira en una experiencia pionera de la región del Véneto, en Italia, donde las muertes súbitas entre deportistas aficionados se redujeron en un 89% tras la introducción de programas de chequeo cardiaco con electrocardiograma para todos los participantes en competiciones deportivas. En Cataluña no hay un registro de muertes súbitas causadas por el deporte, aunque “calculamos que se producen entre veinte y treinta al año”, señala Josep Brugada, presidente de España Salud, jefe del servicio de cardiología del hospital Clínic y asesor de la iniciativa.

 La revisión cardiaca básica incluirá una anamnesis, una exploración física y un electrocardiograma en reposo, según se recoge en un documento de consenso elaborado por las entidades promotoras de esta iniciativa. En la anamnesis -que consiste en una conversación para recabar información médica relevante- se preguntará por los antecedentes familiares y por los posibles episodios de alteraciones cardiacas durante la práctica del deporte. En la exploración física, se tomará la tensión arterial y se auscultará el corazón, entre otras intervenciones. El coste de esta revisión básica puede situarse en torno a los 50 euros, incluido el electrocardiograma, aunque hay importantes diferencias de precio entre centros médicos. Si se detecta alguna posible anomalía, se recomendará una revisión complementaria que puede incluir un electrocardiograma durante una prueba de esfuerzo y una ecografía cardiaca. Esta revisión más avanzada, que se recomienda a todas las personas que practican deporte de alta intensidad, puede situarse en torno a los 150 euros para ambas pruebas, también con amplias diferencias de unos centros a otros.

 En un estudio del hospital Clínic de Barcelona sobre una muestra de 2.600 deportistas, se observó que uno de cada 30 debía hacerse la revisión complementaria. De estos, dos tercios no tenían ningún problema cardiaco y en el tercio restante se detectó alguna anomalía. Entre estos últimos, un 80% pudo seguir practicando deporte. Si estos resultados se extrapolan al conjunto de deportistas federados de Catalunya, unos 500.000 deberán hacerse por lo menos la revisión básica. Unos 17.000 deberán pasar después una prueba de esfuerzo y una ecografía. En casi 6.000 se detectará algún problema. Y a más de mil se les aconsejará que dejen el deporte.

Para poder hacer revisiones a un colectivo tan amplio, un grupo de cardiólogos formará a especialistas en medicina del deporte, muchos de los cuales son traumatólogos. Con esta instrucción, los médicos del deporte podrán detectar posibles signos de alarma en un electrocardiograma o al realizar la exploración y la anamnesis. En estos casos, está previsto derivar al deportista a un servicio de cardiología.

Deportistas contra la muerte súbita