• Además de la adopción de hábitos de vida saludables, medir la tensión y tomar el pulso son medidas de prevención fundamentales puesto que la hipertensión y la arritmia son los principales factores de riesgo desencadenantes del ictus

La Fundación España Salud y la Fundación Ictus han puesto en marcha un proyecto de sensibilización y detección precoz de esta enfermedad, que llega sin avisar y que afectará a una de cada seis personas a lo largo de su vida. El ictus es la primera causa de mortalidad en el mundo y la primera causa médica de discapacidad y se produce por una interrupción repentina de la circulación de la sangre en el cerebro, en la mayoría de los casos por el taponamiento o la rotura de una arteria cerebral.

El tiempo de respuesta es crucial, ya que se trata de una enfermedad aguda que, al afectar al cerebro, puede comprometer una o más funciones cognitivas, motoras y sensitivas, entre otras. Por tanto, se trata de una urgencia médica grave a la que hay que dar respuesta inmediata. Al dejar de recibir el oxígeno necesario, cada minuto que pasa mueren dos millones de neuronas y, en consecuencia, la rapidez en la respuesta determinará, en buena medida, el grado de discapacidad causado por la enfermedad.

Denominado coloquialmente también como derrame cerebral, infarto cerebral, embolia o trombosis, existen unos factores de riesgo que lesionan los vasos sanguíneos y predisponen a determinadas personas a desarrollar una enfermedad vascular como el ictus.  La mayoría de estos factores son modificables; es decir, la persona puede cambiar ciertos hábitos y, en gran medida, puede evitar el riesgo.

Medidas preventivas

Por ello, en la campaña de sensibilización emprendida por La Fundación España Salud y la Fundación Ictus se hace hincapié en una serie de medidas de prevención para controlar factores de riesgo como la diabetes, el colesterol, la obesidad, o la hipertensión arterial:

  • Reducir la presión arterial
  • Dejar de fumar
  • Controlar el peso
  • Seguir una dieta equilibrada
  • Hacer ejercicio físico de forma regular
  • Controlar el consumo de azúcar
  • Moderar el consumo de alcohol
  • Cuidar la salud mental
  • Tomarse el pulso
  • Vigilar las grasas en sangre

El factor de riesgo más importante en el ictus es la edad, aunque sería erróneo considerar que esta enfermedad afecta de forma exclusiva a personas de edad avanzada. A mayor edad, mayor es la probabilidad de sufrir un ictus tanto isquémico como hemorrágico. El riesgo de sufrir un ictus aumenta un 9 % cada año en los hombres y un 10 % en las mujeres. A partir de los 55 años, cada década que pasa se dobla el riesgo.

La Fundación España Salud apoya el plan de acción diseñado por la Fundación Ictus que, entre otras medidas, contempla habilitar un espacio para realizar dos pruebas médicas sencillas que, llevadas a cabo con regularidad, son fundamentales para la prevención de la enfermedad: medir la tensión y tomar el pulso. No en vano, la hipertensión y la arritmia son los principales factores de riesgo desencadenantes del ictus.