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La Asociación Barcelona Salud ha impulsado un estudio, en el que participa la Asociación de Farmacias de Barcelona (AFB), para dotar a diferentes ciudades españolas de una red de desfibriladores externos. La primera fase está prevista en Barcelona en el último trimestre de 2013.

Éstos son aparatos electrónicos provistos de un sistema de análisis del corazón que monitoriza el ritmo cardíaco y, cuando es preciso, liberan un choque eléctrico sin necesidad de que las personas que los utilicen tengan formación médica alguna.

Su manejo es sencillo, ya que únicamente deben ponerse los electrodos adhesivos que lleva el aparato en la persona que ha sufrido un paro cardíaco y seguir las instrucciones. Los mejores son aquellos que están dotados de Tecnología de Onda Bifásica que proporciona la descarga adecuada dependiendo de la impedancia de cada paciente. Además entran en funcionamiento con sólo abrirlos, dando mediante claras instrucciones de voz las pautas a seguir y accionamiento con un solo botón, lo que ahorra un tiempo vital en el salvamento.

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en España. De entre estas enfermedades, la muerte súbita cardíaca o parada cardíaca es la causante de unas 30.000 muertes anuales en España, produciéndose la mayoría de estas muertes en un entorno extra hospitalario. Una parada cardíaca puede suceder a cualquier persona, en cualquier lugar y momento. NO se pueden predecir con exámenes médicos. Sólo el 5% de quienes la sufren sobreviven a ella debido a la dificultad de que las ambulancias lleguen a tiempo ya que se dispone de menos de 10 minutos para actuar. Así, por cada minuto que se retrasa la desfibrilación para recuperar el ritmo cardíaco, la supervivencia disminuye entre un 7% y un 10%.

Para combatir este problema, diversos estudios científicos de investigación han demostrado la efectividad, utilidad y el nulo riesgo de la utilización de los desfibriladores semiautomáticos en los programas de atención inmediata realizados por personal no sanitario en espacios públicos, y avalan que dicha utilización puede salvar la vida a personas que sufren una fibrilación ventricular.