Por Ángeles Florez, dermatóloga, miembro de España Salud Fundación.

Las manifestaciones cutáneas de la enfermedad COVID-19 están poco caracterizadas. Un grupo de dermatólogos españoles acaba de publicar en el British Journal of Dermatology una muestra de 375 pacientes con manifestaciones cutáneas inexplicables de menos de 2 semanas de evolución y un diagnóstico de COVID-19.

Para ello los autores realizaron una encuesta nacional de recolección de casos, de imágenes y de datos clínicos, y alcanzaron un consenso en el que clasifican a casi todos los pacientes en cinco patrones clínicos principales. Un punto fuerte de la publicación es la asociación que los autores establecen entre los diferentes patrones con la demografía del paciente, el tiempo en relación con los síntomas de la enfermedad, la gravedad y el pronóstico. La ventaja de la accesibilidad que proporcionan las lesiones cutáneas podría muy ser útil para el control epidemiológico, especialmente en áreas donde las pruebas de diagnóstico son escasas.

Estos son los cinco patrones:

  1. Áreas acrales de eritema-edema con algunas vesículas o pústulas en manos y pies (pseudo-chilblain) (19% de los casos). Estas lesiones pueden parecerse a los sabañones y tener áreas purpúricas, y son generalmente asimétricas. Los pacientes más jóvenes de la serie presentan este patrón, que duró una media de 12,7 días, tuvo lugar más tarde en el curso de la enfermedad COVID-19 y se asoció con una enfermedad menos grave (en términos de ingreso hospitalario, neumonía, ingreso en la unidades de críticos o mortalidad). Estas lesiones tipo sabañones pueden causar dolor (32%) o picor (30%).
  2. Erupciones vesiculares (9%). Algunas se presentaban en el tronco y consistían en pequeñas vesículas monomorfas (a diferencia de las vesículas polimorfas en la varicela). También pueden afectar a las extremidades, tener contenido hemorrágico y generalizarse. Las lesiones vesiculares aparecieron en pacientes de mediana edad, duraron una media de 10,4 días, se presentaron con mayor frecuencia (15%) antes que otros síntomas y se asociaron con gravedad intermedia. El picor fue muy frecuente (68%).
  3. Lesiones urticariales (19%). Distribuidas principalmente en el tronco o dispersas. Se caracterizan por ser pruriginosas (92%)
  4. Erupciones maculopapulares (47%). Algunas de ellas mostraron distribución perifolicular y descamación en grado variable, y otras púrpura, puntiforme o bien más extensa. También se describen pacientes que presentan pápulas infiltradas, pseudovesiculares, en su mayoría en el dorso de las manos (recordando al eritema elevatum diutinum o al eritema multiforme).

Las lesiones urticariales y maculopapulares mostraron un patrón muy similar de hallazgos asociados. Duraron un período más corto (6,8 días promedio para urticarial y 8,6 para maculopapular), por lo general aparecieron al mismo tiempo que el resto de los síntomas y se asociaron con enfermedad COVID-19 más grave (mortalidad del 2% en la muestra).

  1. Livedo o necrosis (6%). Estos pacientes mostraron lesiones que sugerían enfermedad vascular oclusiva en diferentes grados, incluidas áreas de isquemia troncal o acral. Se presentan en pacientes mayores con enfermedad más grave (mortalidad del 10%).

Por tanto las erupciones vesiculares aparecen temprano en el curso de la enfermedad (15% antes de otros síntomas). El patrón de pseudo-chilblain frecuentemente aparece tarde en la evolución de la enfermedad COVID-19 (59% después de otros síntomas) presentando más interés epidemiológico que diagnóstico, y el resto de las manifestaciones cutáneas tiende a aparecer con otros síntomas de COVID-19. En cuanto a la gravedad existe un gradiente desde los casos menos graves en lesiones acrales tipo sabañones, hasta los más graves en pacientes con presentaciones livedoides, como lo demuestran los porcentajes crecientes de neumonía, ingreso hospitalario y necesidad de cuidados intensivos. Los resultados son similares para casos confirmados y sospechosos, tanto en términos de hallazgos clínicos como epidemiológicos. Llama la atención el polimorfismo en los patrones, lo cual no es habitual en las manifestaciones cutáneas de las viriasis. Este un punto relevante que los autores discuten dejando la puerta abierta a la posibilidad de coinfecciones y a la necesidad de seguir estudiando de forma metódica las manifestaciones clínicas de la infección por el SARS-Cov-2.

La rapidez con la que el estudio fue diseñado y realizado (los datos se recogieron del 3 al 16 de abril del 2020), y el prestigio del British Journal of Dermatology, demuestran el nivel investigador de la dermatología española y su potencial colaborativo. La publicación es de acceso libre, merece la pena revisar con calma la iconografía publicada.

Classification of the cutaneous manifestations of COVID‐19: a rapid prospective nationwide consensus study in Spain with 375 cases

  1. Galván Casas, A. Català, G. Carretero Hernández, P. Rodríguez‐Jiménez, D. Fernández Nieto, A. Rodríguez‐Villa Lario, I. Navarro Fernández, R. Ruiz‐Villaverde, D. Falkenhain, M. Llamas Velasco, J. García‐Gavín, O. Baniandrés, C. González‐Cruz, V. Morillas‐Lahuerta, X. Cubiró, I. Figueras Nart, G. Selda‐Enriquez, J. Romaní, X. Fustà‐Novell, A. Melian‐Olivera, M. Roncero Riesco, P. Burgos‐Blasco, J. Sola Ortigosa, M. Feito Rodriguez, I. García‐Doval.

British Journal of Dermatology

https://doi.org/10.1111/bjd.19163