Los problemas de salud mental son a menudo silenciados y, en consecuencia, tardíamente diagnosticados, pese a que España cuenta con excelentes equipos y especialistas en la materia. Por otra parte, muchas enfermedades crónicas mejorarían con la prescripción de una determinada actividad física por parte de un médico del deporte, pero esta especialidad es poco conocida y poco reconocida, asociándose casi exclusivamente a las lesiones de los jugadores profesionales.
Consciente de la necesidad de mejorar la prevención incrementando el conocimiento de ambas especialidades, la Fundación España Salud -que desarrolla proyectos científicos y de divulgación para promover entre la población hábitos de vida saludables- ha decidido incorporar a su Consejo Científico a dos prestigiosos médicos. Se trata del doctor Diego Palao, médico especialista en Psiquiatría y director ejecutivo del Servicio de Salud Mental del Hospital Universitario Parc Taulí, y del doctor Gil Rodas, experto en Medicina del Deporte, responsable de esta especialidad en el Hospital Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y director médico del Barça Sport Innovation Hub.
Presidido por el doctor Luis Donoso, director del Centro de Diagnóstico por la Imagen del Clínic y Presidente de la International Society of Radiology, el Consejo Científico de España Salud reúne a un reconocido grupo de profesionales médicos e investigadores de acreditada trayectoria y prestigio internacional con un objetivo común: compartir los conocimientos médicos con la sociedad, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de las personas.
A esta tarea de investigación, difusión y formación se han sumado los doctores Diego Palao y Gil Rodas. Con su incorporación al Consejo Científico, España Salud refuerza su apuesta por mejorar la educación y la prevención en todas las disciplinas médicas y sanitarias.
“La depresión tiene un tratamiento muy eficaz”
Durante su intervención ante los miembros del Consejo Científico, reunido en Barcelona el 28 de marzo, el doctor Palao animó a introducir la salud mental en el resto de las especialidades médicas “para mejorar la salud global de las personas”. Lamentó, en este sentido, que algunos de los principales problemas de salud mental, como la depresión y el suicidio, sean “silenciados”. La depresión, según explicó, “es la enfermedad que más años de vida vividos con discapacidad está provocando y, sin embargo, tiene un tratamiento muy eficaz”.
El 70 por ciento de los casos se podría tratar, “si bien la mitad de los pacientes depresivos no reciben el tratamiento adecuado pese a que estos tratamientos son accesibles”. La causa, el desconocimiento: “Hay un conocimiento social de las enfermedades mentales bastante bajo, que hace que los pacientes con depresión se autoreconozcan mal, se diagnostiquen peor y reciban tratamiento tarde y mal”.
En cuanto al suicidio, también se mostró convencido de que una mayor visibilidad social ayudaría a reducir las cifras de mortalidad, puesto que “el 90% de las personas que mueren por suicidio tienen un problema de salud mental”. “Que la población lo reconozca como un problema de salud, ayudaría a mejorar”, sostuvo el doctor. “El suicidio -añadió- es una muerte silenciada”.
El suicidio provoca cada año entre 800.000 y un millón de muertes en todo el mundo. En España se suicidan cada año 3.600 personas, diez al día. Para comprender la dimensión del problema, el doctor Palao recuerda que “en España el suicidio causa el doble de muertes que los accidentes de tráfico”. Cifras “apabullantes” consecuencia de un problema de salud mental con varios factores de riesgo identificados: la depresión, el consumo de sustancias como el alcohol y las tentativas previas.
La prevención del trastorno mental en jóvenes y la rápida intervención cuando se detecten factores de riesgo “son estrategias ganadoras para prevenir suicidios”, dado que “la mayoría de los trastornos mentales que vemos en adultos comienzan antes de los 15 años y, además, hay factores de riesgo que sabemos asociados a la aparición del trastorno mental, como el estrés, el abuso, el bullying y el consumo de drogas”.
Frente al “efecto Werther” -teoría según la cual la exposición a noticias sobre suicidios tiene un impacto negativo y de contagio-, el doctor Diego Palao alude al “efecto Papageno”: “Si los medios de comunicación informan de forma correcta y no de manera truculenta, sin presentar el suicidio como una muerte heroica o romántica, ni como la consecuencia de un padecimiento imposible, sino como un fenómeno asociado a la enfermedad mental, que se puede prevenir y tiene tratamiento, pueden ayudar a prevenir imitaciones”. De hecho, concluye, “se ha demostrado que se pueden reducir las tentativas de suicidio en muchos jóvenes informando correctamente”.
Proyectar la Medicina del Deporte sobre las enfermedades crónicas
Por su parte, el doctor Gil Rodas recordó que la Medicina del Deporte “es mucho más” de lo que se intuye a primera vista. “Normalmente salimos en los medios cuando hay temas de dopaje, cuando fallece un jugador en un campo de fútbol o cuando tiene una lesión muscular y no puede jugar la Champions”, admitió. Por ello, se mostró muy satisfecho del proyecto desarrollado por el Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu “para llevar la Medicina del Deporte al hospital y poder así proyectar sobre las enfermedades crónicas todo lo que sabemos sobre la prescripción de ejercicio físico”.
“La actividad física -explicó- es una pastilla terapéutica, pero en el mundo cada vez se hace menos ejercicio físico, menos deporte… Vamos a tener una población envejecida, con enfermedades crónicas, y la mejor pastilla no es el ibuprofeno, sino el ejercicio físico”. Y el ejercicio físico “necesita una prescripción, una dosis, que debe ser recomendada por un médico del deporte”.
El doctor Gil Rodas se quejó de que en España la Medicina del Deporte “esté estancada”. “Hace falta conocimiento, innovación e investigación en este campo”, finalizó.