Una iniciativa de España Salud en Oviedo
Oviedo,17.04.2018 – El centro social de El Cortijo, en La Corredoria, cuenta desde este martes con un nuevo desfibrilador gracias a la iniciativa ‘Latidos que suman’. El proyecto, impulsado por la Fundación España Salud y Esteve, se basa en los kilómetros que médicos y farmacéuticos han recorrido y donado en su primera edición como carrera virtual solidaria. Al de La Corredoria se suma también un segundo aparato, en el Centro Social de Trubia. Gracias a la propuesta aumentan de esta manera el número de espacios cardioprotegidos en el municipio de Oviedo contribuyendo a aumentar las probabilidades de supervivencia ante una parada cardiaca.
“La idea es ir colocando desfibriladores en más centros sociales y colegios públicos”, ha afirmado la edil de Salud Pública, Mercedes González, durante el acto al que ha acudido acompañada de la concejala de Atención a las Personas, Marisa Ponga y de la vicealcaldesa, Ana Taboada. De cara a las sucesivas instalaciones se establecerá un criterio de prioridades en función del número de usuarios y edad de los mismos, teniendo en cuenta que esta intervención en los primeros momentos de una parada puede contribuir a salvar muchísimas vidas, según explica el Ayuntamiento en nota de prensa. “Es el objetivo que tiene España Salud junto con el laboratorio Esteve, y el uso de desfibriladores es el método más eficaz para evitar una muerte súbita”, ha comentado Susana Rodríguez, la representante del departamento médico de Esteve, haciendo hincapié en que, según la Sociedad Española del Corazón, se estima que existen más de 4.000 muertes de este tipo anualmente en nuestro país. Aunque actualmente el Ayuntamiento de Oviedo ya cuenta con los citados dispositivos en todos aquellos lugares en los que es obligatorio su montaje, como en instalaciones deportivas o espacios públicos tales como los teatros Campoamor y Filarmónica o el Auditorio, “quieren ir a más”. “No es obligatorio tenerlo en los centros sociales, pero nos gustaría hacer de Oviedo una ciudad cardiosaludable”, ha sentenciado González, buscando que todos los espacios susceptibles de usos sociales puedan poner a disposición de los ciudadanos una “garantía de vida” gracias a los desfibriladores. Desde 2016, el Principado es una de las siete comunidades autónomas, junto a Andalucía, Canarias, Cataluña, País Vasco, Madrid y Comunidad Valenciana, que obligan a colocar estos aparatos en espacios públicos que cumplan con una serie de requisitos entre los que se encuentran la población de la localidad, el aforo o la afluencia diaria, entre otros.